El presidente Javier Milei se destacó en su paso por el foro de Vox en España. En el afán de consolidarse como referente de la extrema derecha internacional no ahorró en adjetivos para calificar a ese universo de personas que piensan diferente a él y que -a groso modo- quedarán en el nutrido grupo de los “colectivistas” o sencillamente “Zurdos”.
Así como no hay trazo fino a la hora de establecer categorías -que se reducen a la polarización entre zurdos y libertarios- tampoco hay reconocimiento o misericordia posible: con el “zurdo” no se negocia, no se dialoga, no se lo atiende.

En su declaraciones en Madrid bregó por no dejar que “el lado oscuro, negro, atroz, satánico, cancerígeno que es el socialismo, nos gane”. No nos sorprenderá que Milei vaya a España, a una cumbre de fascistas, y elija lo negro, lo oscuro, como referencia del mal. Tampoco que utilice una enfermedad como el cáncer como un insulto al que más tarde aludió nuecamente y de forma muy concreta: “El socialismo es el cáncer de la humanidad”.
La utilización de enfermedades, trastornos, o discapacidad como un insulto tampoco son novedosos, en plena campaña el libertario descalificó a un economista llamándolo “mogólico”. Pero Javier Milei ya no es un candidato, y no es sólo un líder internacional de la extrema derecha: es presidente de un país que debe garantizar el acceso a la salud y el respeto por sus representados.

¿Viva el cáncer o viva la ciencia?
La frase quedó en la historia como marca registrada del odio de un sector de la sociedad a la mujer que es recordada como la abanderada de los humildes, tipearla, incluso hoy, resulta por lo menos inquietante. Sólo el odio moviliza este tipo de consignas y regodeos.
De aquel tiempo a esta parte afortunadamente la ciencia avanzó de forma notoria en el desarrollo de tecnología y conocimiento capaz de detectar precozmente enfermedades oncológicas y brindar tratamiento adecuado.
Según la Organización Mundial de la Salud se pueden reducir entre un 30 y un 60 por ciento lo casos de cáncer trabajando preventivamente sobre los factores de riesgo, aplicando protocolos de detección precoz y brindando el tratamiento adecuado. Nuestro país es el quinto de mayor incidencia en América Latina con 130.800 diagnósticos anuales y 60.000 muertes.
Es hora de desmitificar: un diagnostico no significa la muerte, afortunadamente un alto porcentaje de personas diagnosticadas logran ganarle a la enfermedad y otros prolongar su vida.
En definitiva, la esperanza y las certezas están dadas por el acompañamiento a la ciencia´y su desarrollo, la investigación, la tecnología y el acceso a la salud. Si como país emularamos un autotest para detectar factores de riesgo teniendo en cuenta esos ítems, el resultado nos obligaría a una consulta urgente.

El cáncer como adjetivo
Diferentes organizaciones trabajan para generar conciencia acerca del uso de esta enfermedad asociada siempre a lo negativo o como un insulto. Lo de Milei no es un hecho aislado, diferentes políticos utilizan el término para insultar.
El papa Francisco en octubre de 2013, dio un sermón en el que dijo: “El espíritu mundano es la lepra, el cáncer de la sociedad, que mata a la iglesia”. En ese entonces la Federación Contra el Cáncer (FEFOC) de España se contactó con él para sugerirle que no utilizara esa palabra como adjetivo, argumentando debidamente la petición. Unos días después el representante del Vaticano agradeció la información y se comprometió con la causa.

A Javier Milei probablemente le llegue más de una petición o repudio, de antemano se lo sabe desinteresado en la temática. Desde su asunción en Argentina se detectan faltantes y demoras en entrega de medicamentos oncológicos. Familiares de pacientes que murieron sin acceso a los medicamentos denunciaron la situación públicamente y en la justicia. Javier Milei y sus ministros Sandra Pettobello (Capital Humano) y Mario Russo (Salud) fueron denunciados por “abandono de personas”, “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “asociación ilícita”.
El recorte de fondos en el área de salud, los bajos salarios y la precarización laboral en el sector, la ausencia de campañas de concientización y la saturación del sistema de salud público ante el aumento de las prepagas, van a contramano de todas las recomendaciones para un mejor abordaje a la problemática.
Más miedo que la misma enfermedad, me atrevo a decir y de manera fundada, hay que tenerle a gobiernos que alcanzan equilibrio fiscal atacando universidades, organismos de ciencia y hospitales.

2 comentario en “Milei y la suma de todos los miedos”
  1. Felicitaciones Felicitas por tu pagina. Te escucho hace años desde la 750. Sugerencia : ya que venis del mundo cooperativo hacer micros de educacion cooperativa con ejemplos como los que nos mostras que podrian servir para sumar voluntades para mejorar o resistir mejor estos tiempos sslvajes En la radio soy Aldo de Constitucion. Un abrazo

  2. Llegué al final de esta primera Bitácora, al ir avanzando me sorprendió haber estado escuchando cada tema que planteas en los momentos que se iban produciendo, me gustó mucho y te deseo el mejor de los éxitos, necesitamos muchas Felicitas !! Muchas gracias!!

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