Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia se registraron cientos de despidos y retiros voluntarios en diferentes sucursales del Correo Argentino. En varias localidades los despidos coinciden con el cierre de la sucursal, ya que no queda personal disponible.
El correo Argentino es una de las empresas sujetas a privatización si avanza la Ley de Bases en el congreso y se esperan más de 4 mil despidos. Según la información disponible en diciembre su planta superaba los 17 mil empleados, de los cuales 3 mil ya fueron desvinculados.
La empresa estatal cuenta con más de 1400 sucursales y unidades postales y es la única que puede garantizar llegada a todos los domicilios del país. Su funcionamiento depende del Ministerio de infraestructura de la Nación.
En su momento Nicolas Posse fue consultado en el congreso y admitió que 1700 trabajadores aceptaron la propuesta de retiro voluntario, aunque se calcula que otros mil recibieron telegramas de despido.
No hay números definitivos sobre la cantidad de sucursales que cerraron aunque se estima que son 900 las que corren riesgo. Esto genera gran conmoción sobre todo en pequeñas localidades en las que el correo garantiza el cobro de jubilaciones, pensiones, asignaciones (AUH) y otras prestaciones.
El servicio postal que pretende el gobierno libertario contempla un formato de franquicias, que podrán funcionar en municipios pero también en comercios, como quioscos o estaciones de servicio. Un servicio limitado, sin pago de salarios y sin disputarle negocios al sector privado.
«Los trabajadores no somos la casta»
«Prendo la tv y lo veo al presidente saltando en un escenario y cagándose de risa de todos los que estamos en la calle, esa tarde le había dicho a mi hija que está estudiando en otra ciudad que me quedé sin trabajo y que iba a acompañarla hasta donde pueda», lamenta Javier Villoldo.
Javier trabajó 27 años en el Correo Argentino en El Corcovado -Chubut- una localidad de 3000 personas, al pie de la cordillera y a 100 km de Esquel. El suyo fue uno de los casi 800 telegramas de despido que se emitieron el pasado 26 de abril. Era el único trabajador de esa oficina por lo tanto cumplía funciones múltiples.
De ahora en más los vecinos de esa localidad deberán gastar unos 30 mil pesos para trasladarse cuando requieran un trámite en la ciudad más cercana, según calcula Villoldo. “Yo no soy la casta, y tampoco soy ñoqui”, dijo entrevistado en AM530.
Las historias como la de Javier se multiplican en todo el territorio. Esta semana vecinos de Gualjaina, también en Chubut, despidieron con aplausos a Rogelio Hubo, que después de 25 años prestando servicio se quedó sin trabajo luego de su retiro «voluntario».
En La Rioja esta semana confirmaron el cierre de 17 sucursales, en Neuquén se calcula que unas 15 corren riesgo, en Santa Fe existe preocupación principalmente por las ubicadas en el sur de la provincia, en La Pampa hay una veintena de sucursales con un sólo trabajador a cargo -y así- en cada distrito se enciende la alarma sobre todo por aquellas sucursales que están ubicadas en zonas con menor densidad poblacional.
El cartero llama dos veces, los privatizadores también
Es interesante hablar de los «privatizadores» antes que de la «privatización». El sujeto tiene nombres y apellidos, de funcionarios, legisladores, empresarios, que ensayan el discurso de la eficiencia, flexibilizan para despedir laburantes y hacen fabulosos negocios. La particularidad de estos tiempos viene dada por legisladores que aseguran no estar de acuerdo pero por algún motivo se ven obligados a acompañar.
No abundan ejemplos en los que la aludida «eficiencia» del sector privado haya quedado demostrada en la gestión de esas empresas privatizadas. Y la anterior privatización del correo refuerza esta mirada.
Antes fue Menem, ahora Milei. Si, en el medio estuvo Macri.
En 1989 se declaró a la empresa sujeta de privatización y en 1997 ENCOTESA quedó en manos de un consorcio con participación mayoritaria de SIDECO AMERICANA que pasó a ser accionista controlante de la Sociedad con una participación del 73,5 % del paquete accionario.
La historia es ya conocida, la familia del ex presidente Mauricio Macri se comprometía a «ejecutar un proceso de cambio destinado a transformar al Correo Oficial de la República Argentina en una empresa competitiva, eficiente y capaz de prestar un servicio moderno y acorde con los requerimientos del mercado y de la comunidad» en contraste con la deficiencia que suponía el control estatal.
La familia de Franco Macri debía realizar inversiones para garantizar ese funcionamiento y estaban obligados al pago -por adelantado- de manera semestral, de un canon de 51 millones de pesos, algo que sólo respetaron durante el primer año. Se dice que Argentina es un país generoso, y los Macri supieron explotar bien esa «generosidad». Mauricio pudo ser presidente y no cedió a la tentación de arreglar sus números aprovechando el doble rol de Empresario-Presidente: pretendió la quita del 99% de la deuda.
No pudo ser, pero sabedor de oportunidades, todavía no se decide a pagar.
Gran resumen del “Caso Correo” es increíble todo lo que han hecho con esa gran Empresa de Servicios, y ahora la están destruyendo, si llega a suceder, Macri dejará de tener esa deuda ? Hay sucesión en una Empresa de este tipo, o se extingue la deuda ?
Escuché tu entrevista a Javier y ahora la vuelvo a leer, uno de otros tantos, fue estremecedor, refleja lo inhumano de este Gobierno, tomando medidas sin mayor análisis, no teniendo en cuenta el daño tanto a las personas como en lo económico. Muy duro pero real. Gracias por visibilizar