Las últimas dos semanas fueron de las peores para Javier Milei, tanto como para ponerle coto a su agenda internacional. Después de las derrotas en el Congreso, parece haber controlado el desborde de sus socios del PRO, para ello tuvo que recurrir a lo que dice detestar: la política. Milanesa va, milanesa viene, en la última reunión con Mauricio Macri logró (aparentemente) el apoyo al veto para la fórmula de movilidad jubilatoria que se le escapó de las manos. El viernes por la tarde quedó ratificada durante el encuentro que mantuvo con legisladores de esa opo-oficialista cuya preocupación por el bolsillo de los jubilados, queda sujeta a las necesidades políticas del jefe. Y el jefe está pidiendo cabezas y cajas, habrá que estar atentos a los movimientos de los próximos días.

La convocatoria deja una postal de los hermanos Milei ocupándose de lleno de lo que ocurre en el congreso con esos socios electorales que no dejan de marcarles la cancha. Hubo reproches y señalamientos al tercer nombre, que según el presidente, cierra su triángulo de confianza: Santiago Caputo.

Todo indica que Javier Milei deberá acostumbrarse al barro de la negociación, en su espacio sobran internas, siguen eyectando legisladores del bloque y los indicadores sociales no mejoran. Antes que preocuparse por las elecciones en 2025 el gobierno debe garantizarse gobernabilidad, con represión sólo le alcanzará por un tiempo.

Milei, el ensobrado

El periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, publicó una investigación que pega de lleno en el corazón del libreto libertario: Javier Milei emitía facturas a una dependencia del estado, que aparentemente nunca pisó, ni puede demostrar contraprestaciones. ¿Eso se parece a la casta?

Se trata de decenas de facturas destinadas a Provincia Seguros (Banco Provincia) entre los años 2012 y 2015, por un monto que -actualizado por IPC- equivale a 120.383.868 pesos. En ese entonces, el actual presidente, se desempeñaba ad honorem en la Fundación Acordar, fundada por Guillermo Francos, para asesorar al entonces gobernador Daniel Scioli que tenía intenciones presidenciales. Una tríada que hoy sigue funcionando en sincronía. Además, en ese momento era empleado de Corporación América de Eurnekián.

Una de las facturas por las que Milei tuvo que responder ante la AFIP.

Las facturas se justifican con supuestos trabajos de consultoría, estudios solicitados, entre otros, aunque no se pudo constatar hasta el momento que se hayan realizado esas contraprestaciones para Provincia Seguros (que es de dónde salió el dinero), ni siquiera que Milei haya pisado alguna vez esas dependencias. Por este asunto el libertario afrontó una onerosa moratoria con AFIP, que objetó las facturas ante la posibilidad de que sean truchas.

 El locuaz vocero Manuel Adorni se quedó sin palabras para explicar el escándalo. El presidente aduce persecución.

En sus ataques constantes al periodismo, el presidente utilizó más de una vez la palabra “ensobrados” para señalar a periodistas. Esta semana la revista Noticias le dedicó una portada que incluye devolución de favores:

En el informe del periodista Juan Luis González se enumera los actores de aquellos años que devinieron en funcionarios de Javier Milei. Así, además de Daniel Scioli y Guillermo Francos, también Alberto Haure (entonces presidente de Provincia Seguros) obtuvo conchabo en el gobierno libertario y fue designado Secretario de Coordinación Administrativo. Su hija también resultó beneficiada, María Victoria Haure es vocal del directorio de Parques Nacionales. Lisandro Catalán, que revestía como director de Provincia Seguros, es hoy el segundo de Francos y hasta el ex vicepresidente de la aseguradora consiguió un lugarcito en el gobierno: hoy se desempeña como Gerente Administrativo de Comisiones Médicas.

Entre escándalo y las amenazas de filtraciones de fotografías por parte de Lilia Lemoine es que se publica el decreto que modifica la ley de Acceso a la Información Pública. Parece que el presidente tiene mucho para esconder.

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