El plan de ajuste de Javier Milei enciende las alarmas en la salud pública. Faltante de insumos, medicamentos, profesionales con sueldos deteriorados, demoras en las prestaciones, es un combo que se repite en los diferentes nosocomios.
En la zona del AMBA la magnitud de la crisis se incrementa con el paso de las semanas y el intento de cerrar el Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte visibilizó la problemática.
Hospital de salud mental Laura Bonaparte
La semana pasada el gobierno comunicó el traslado de pacientes y el cierre de servicios de este nosocomio que es el único que depende de la órbita nacional ubicado en el AMBA. En lo que va del años pasaron 25 mil pesronas por esta institución que brinda diferentes servicios (atención telefónica, consultorio en barrios, internación, entre otros) y reúne a más de 600 trabajadores.
“En el marco del reordenamiento del sistema, el Ministerio de Salud de la Nación inició hoy el plan de reestructuración del Hospital Bonaparte. La decisión responde al objetivo de priorizar la asignación de los recursos en los pacientes que lo necesitan. Para avanzar con la reorganización del Centro de Salud, la cartera sanitaria inició la derivación de los pacientes a otras instituciones. Es importante destacar que no se cierra, se reorganizan los servicios”, especifican las autoridades. En los hechos desaparece el servicio de internación y de guardia, dejando a la deriva a cientos de pacientes.
El hospital ya viene sufriendo un vaciamiento de profesionales por las condiciones laborales de precariedad. El nombre de la institución recuerda a la psicóloga Laura Bonaparte de Bruschtein, activista de derechos humanos y Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Nada es casual.
Instituto de Oncología Ángel Roffo
Este hospital depende la Universidad de Buenos Aires y atiende pacientes que son derivados de todo el país. Hace meses sus trabajadores denuncian presupuesto insuficiente, superpoblación, y bajos salarios.
Los profesionales admiten una situación crítica ante una mayor demanda como consecuencia del corrimiento de las prepagas y las obras sociales. Cada vez son más los pacientes dependen de salud pública. En algunos casos deben aguardar meses para acceder a un turno.
Hospital Pediátrico Garrahan
En el Garrahan el personal también lleva adelante diferentes medidas para visibilizar la problemática que enfrentan. En términos generales no se trata solamente de salarios que perdieron poder adquisitivo, se registra falta de insumos, medicamentos, y genera preocupación un posible vaciamiento, ya que muchos profesionales deciden buscar otros horizontes laborales, incluso fuera del país.
Hace unos días La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del hospital denunció en la Procuraduría de Investigaciones Administrativas la reutilización de dispositivos de perfusión de cirugía cardiovascular en niños, con el consecuente riesgo para la salud. (Ver este informe de Tiempo Argentino).
La semana pasada el flamante ministro de salud –Mario Lugones- le pidió la renuncia al consejo administrativo del nosocomio infantil por haber otorgado un bono a los trabajadores.
El próximo 8 y 9 de octubre se realizará una nueva medida de fuerza que incluirá una movilización hacia el Ministerio de Economía.
Hospital Durand
Este hospital que depende de la ciudad de Buenos Aires también enfrenta graves problemas que son denunciados por sus trabajadores. Según ATE, se calculan unas 3000 cirugías postergadas producto de la saturación del hospital y la falta de profesionales.
Héctor Ortiz -delegado de ATE- señaló que “Hace aproximadamente un año la terapia intensiva pediátrica está funcionando a un 50% por falta de personal. Faltan médicos, anestesiólogos, kinesiólogos. Se van a instituciones privadas o a otras que dependan de Nación porque el salario es mejor que aquí, y eso hace que la terapia esté funcionando a media máquina”.