A través de un comunicado en la cuenta de X de la Oficina del Presidente el gobierno adelantó que emitirá un decreto por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que deberá ser tratado por el Congreso (como ocurre con los decretos habitualmente) y que deberá ser rechazado por ambas cámaras para quedar sin efecto.
“Dicho acuerdo implicará una operación de crédito público mediante la cual el Tesoro Nacional cancelará deuda existente con el Banco Central”, justifica el comunicado sobre una nueva toma de deuda con el organismo de crédito y apunta a que “El resultante neto de esta operación implicará una reducción del total de la deuda pública”. Es decir, el gobierno nacional decide endeurarse aún más con el FMI para reducir deuda interna.
El gobierno viene anunciando hace semanas un inminente cierre del acuerdo con el FMI aunque sin precisar las condiciones del mismo.
Los antecedentes de la deuda con el Fondo
Al igual que Mauricio Macri, Javier Milei descartaba publicamente la posibilidad de tomar nueva deuda, incluso se mostró crítico de la política económica de Luis «Toto» Caputo en esos años, a la postre su ministro de economía.
El 8 de mayo de 2018, el entonces presidente Macri, anunciaba en menos de tres minutos la toma de deuda con el organismo internacional que 15 años antes había sido alejado de las decisiones locales con el pago de la deuda durante el gobierno de Néstor Kirchner. En un video grabado con antelación, el líder el PRO aseguraba que la decisión se basaba en la necesidad de «trabajar todos los días para que cada argentino pueda vivir mejor y desarrollarse plenamente».
Lo cierto es que los millones otorgados por el FMI, aún en contra de su mismo reglamento, fueron destinados al sostenimiento de la bicicleta financiera en un año de campaña. En ese momento tanto Macri como Caputo sostenían que la toma de crédito era «preventiva», descartando la existencia de alguna urgencia económica. Ahora, la toma de deuda se justifica en el supuesto ordenamiento de la deuda pública.