El fin de semana Javier Milei fue aplaudido por los referentes de la mesa de enlace y los asistentes en la rural. Los presentes aplaudieron el anuncio del veto al aumento en las jubilaciones y la continuidad de las moratorios previsionales.
El presidente anunció la reducción de las retenciones a la carne aviar y vacuna, del 6,75% a 5%; al maíz, de 12% a 9,5%; al sorgo, de 12% a 9,5%; al girasol, de 7% y 5%; y a la soja, del 33% al 26%.
En verdad se se trata de una marcha atrás porque esas alícuotas rigieron desde enero hasta el pasado 30 de junio. Pero era un dato clave, que esta vez Milei dijo que la medida sería «permanente».
Muchos presentes se levantaron de sus butacas entre gritos de «viva la patria» y agites de ponchos.
Pero la cuestión es que esa tribuna no sólo festeja, aplaude, y viva a la patria cuando se trata de su bolsillo, el éxito para ese sector se completa cuando el privilegio se constata.
Un privilegio es una ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por otra circunstancia. Por eso los aplausos ante el anuncio del veto a las jubilaciones, moratorias o emergencia en discapacidad.
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