Dicho así y puesto en tapa de Clarín suena grandilocuente. Para el poder adquisitivo deprimido de trabajadores y trabajadoras, y sobre todo para la informalidad reinante, la afirmación estadística se convierte en una provocación.
El número que presentó el INDEC pertenece al mes de mayo en el que los salarios registrados aumentaron 8,3% mientras que la inflación alcanzó el 4,2%.
Algunas consideraciones a tener en cuenta:
*La inflación acumulada para lo que va de 2024 es del 71,9%, el redondeo de tapa a la baja fue generoso.
*73,6% es el acumulado para el empleo registrado de enero a mayo según Indec. 1,7 arriba de la inflación de esos meses.
*55,5% es el acumulado anual para el empleo informal. No es un dato menor, en Argentina se calcula en el orden del 35% el empleo sin registrar y se ubica 16,4 % abajo de la inflación.
*66,7% se incrementaron los salarios de los empleados públicos entre enero y mayo, 5,2 puntos por debajo del movimiento inflacionario.
*Para festejar que los salarios le ganan a la inflación en este caso se recorta el dato de diciembre, en el que se llevó a cabo una devaluación del 54%. Si se contempla ese mes ni siquiera los privados equiparan la inflación.
*La desocupación en el primer trimestre del gobierno de Milei se ubicó en el 7,7%, casi un punto arriba del mismo período del año anterior y la más alta desde 2021 (pandemia).
Con todos estos condicionantes no hay mucho para celebrar, máxime teniendo en cuenta que aquellos que cuenten con un empleo registrado comenzarán a pagar ganancias cuando superen el piso de 1.800.000 pesos, en el caso de los solteros.