El presidente sufrió sucesivas derrotas en el congreso y -definitivamente- se le animaron Villaruel y Macri.
El fin de semana anterior bajaron a Victoria Villarruel de la cena de camaradería con las Fuerzas Armadas. Luego el presidente acusó de “traición al pueblo argentino” a los senadores por tener las dietas atadas a los aumentos de trabajadores del senado. Sin nombrarla, aludió a la vicepresidenta que no se hizo la disimulada. En un tuit convocó a tratar el tema para terminar con las “sobreactuaciones” que “parasitan la política”. Unas horas después, en un almuerzo con el Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires, criticó a Ariel Lijo, el candidato de Milei para la Corte Suprema.
«No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, con la suficiente rectitud, honestidad y la mejor sabiduría posible», sostuvo Villarruel. Entre los presentes se advirtieron algunas sonrisas socarronas.
La mirada de Victoria Villarruel sobre Lijo es idéntica a la de Mauricio Macri. Trascendió un pacto entre ellos para frenar el avance del pliego en el senado. El expresidente también jugó fuerte en varios frentes esta semana.
Martes: Knockout 1
El oficialismo perdió a manos de Martín Lousteau la presidencia de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Servicios de Inteligencia. Lo secundan Leopoldo Moreau y Oscar Parrilli, es decir, una derrota ruidosa en un área estratégica para el plan de Milei. El acuerdo entre el radicalismo y Unión por la Patria desató la furia del oficialismo y el Pro, en principio porque también fue resultado de una desinteligencia que los perjudicó: Santiago Caputo y Patricia Bullrich impulsaban nombres diferentes para ese organismo, Martín Goerling y Edgardo Kueider respectivamente.
Miércoles: Knockout 2
Aún reinaba el desconcierto oficial cuando se hizo efectivo con 156 votos a favor, 52 en contra y 6 abstenciones, el rechazo al decreto 656 que otorgaba 100.000 millones de pesos para gastos discrecionales a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Aquí el telón de fondo es la interna de Mauricio Macri con Santiago Caputo y el temor a probar un poco de su propia medicina: la combineta inteligencia+trolls+operadores en medios tradicionales para desgastar adversarios puede ser letal, el macrismo lo sabe. A esta altura de la semana los editorialistas de los principales canales se preocupaban porque el escándalo de Alberto Fernández se escapaba de la agenda y las internas se desmadraban ganando centralidad. Dicho de otro modo, el oficialismo perdió el control de la agenda mediática y política.
Jueves: Knockout 3
El jueves, en el senado, se aprobó la ley que aumenta 8,1 puntos las jubilaciones y modifica la fórmula de movilidad. 61 votos a favor contra 8. La avanzada lo pone a Javier Milei en un lugar del que veremos si logra salir indemne: el veto a una recomposición, bastante tímida, a las principales víctimas del plan motosierra.
Entre otras cuestiones la ley dispone que la mínima no podrá ser menor a 1,09 canastas básicas, lo que arroja un monto de 321.600 pesos. (La canasta básica de un jubilado ronda los 800.000 según la Defensoría de la Tercera Edad, que calcula 5 millones y medio de jubilados y pensionados pobres actualmente).
La movida obligó al presidente a dar una serie de notas el viernes por la mañana, ratificando el veto a la ley y explicando sus motivos. A esta altura era innegable la interna con Macri, con quién compartieron una cena con las famosas milanesas con puré en la semana aparentemente para calmar tensiones. Macri se desligo del voto de los senadores de su espacio en un posteo en X, respaldando el veto presidencial.
El tuit de Macri generó bronca entre los suyos, los senadores de su bloque le respondieron que no reciben órdenes y manifestaron que “Lo que nos sorprendió es que dirigentes que creíamos cercanos, y a quienes conocemos desde hace años, nos atacaran sin consultar o informarse primero”.
Luis Juez se encargó de aclarar que lo que votaron fue consensuado con funcionarios del gobierno. “Nosotros estuvimos trabajando durante 15 días buscando soluciones y alternativas. Con claridad, el Gobierno dijo que si votábamos el artículo 2, el 4 y el 10 lo poníamos en un quebranto. Y en el marco de esas conversaciones fue lo que se votó”, detalló el senador cordobés. Es decir, si votaron de acuerdo a lo hablado con integrantes del ejecutivo, ¿Milei estaba al tanto?
La semana que comienza al menos trae una intentona de paz: el PRO acompañó en su cuenta el veto a la ley de movilidad jubilatoria que hace unos días acompañaron. La coherencia política nunca estuvo tan devaluada.