El historiador e investigador, Hugo Chumbita, repasó en #BonavittaEn530 la historia de uno de los bandidos rurales más conocidos de la Argentina, Juan Bautista Vairoleto. Chumbita es autor de diferentes libros que estudian el bandolerismo como «Última frontera, Vairoleto vida y leyenda de un bandolero», «Jinetes rebeldes», «Opereta de los bandoleros..», entre otras obras.
«Cuando yo era chico oía contar las historias de Vairoleto a la gente de campo, a la gente de pueblo, con emoción, con recuerdo afectuoso. Yo estaba estudiando derecho cuando me facilitaron los expedientes judiciales que estaba en el archivo de Santa Rosa con las causas de Vairoleto. Fue mi primer trabajo de investigación y de historiador, al principio yo me basaba en los archivos y en la tradición de la gente, que estaba en contradicción. En los papeles era un delincuente, en boca de la gente era un héroe. Así surgió este tema del que nunca me pude apartar», recordó.
El historiador pampeano fue partícipe de la creación del tema «Bandidos Rurales» de León Gieco.
«Un día se enteró León y me pidió que le ayudara a hacer uno de sus temas sobre estas leyendas, no sólo se refiere a él, si no que incorpra una especie de elenco, una cantidad de personajes que son el tipo del buen bandido».
Chumbita estudió largamente el fénomeno de los bandidos rurales, basándose tanto en los documentos históricos como en los testimonios de quienes dicen haberlos conocido, o tener alguna historia familiar que los vincule. «Los bandidos en general son malos, para la gente de campo es una figura siniestra, pero hay excepciones de algunos, que en todos los tiempos y en todos los países han aparecido, que son estos vengadores de la injusticia que sufre el pueblo. Y en su comunidad son levantados como héroes, como símbolos, como un desquite contra la mala autoridad».
El concepto «Bandolerismo social» impulsado por Eric Hobsbawm es retomado por el historiador argentino. Chumbita explica que el término se aplica «para distinguirlo del delincuente o bandido común. Este un bandido social porque recibe la solidaridad de su gente que es lo que lo ayuda a preservarse, incluso lo protegen, lo esconden, y reciben de él una gratificación que puede ser material o no, en algunos casos es una gratificación psicológica, la de saber que hay gauchos u hombres del pueblo que son capaces de hacerse temer por los poderosos».
Sobre las fechorías de Vairoleto y su aspecto social, el entrevistado citó algunos ejemplos. «Me contaban anécdotas, cómo le regaló un caballo aun hijo de un puestero para que pudiera ir a la escuela o como repartía el fruto de un atraco entre los paisanos en la zona alrededor del boliche que había asaltado, esto incluso lo encontré documentado en alguno de los expedientes», repasó.
Vairoleto y el anarquismo
Chumbita contó detalles de las vinculaciones de los bandoleros Juan Bautista Vairoleto y Mate Cosido (Segundo David Peralta) con grupor anarquistas. «Fueron instados por los anarquistas para atacar a La Forestal y repartir el motín, los anarcos y los bandoleros. Lo pude confirmar en Buenos Aires con la tradición de los hijos del casero de la logia «Los hijos del trabajo» en Barracas que es una logia Masónica donde se reunieron. También contado por los viejos anarquistas o sus desecendientes. Cuando fui a Chaco vi los expedientes, los diarios y encontré allí. En los diarios de la época esta contado todo. Después de eso Vairoleto se retira. Él había conocido a los anarcos cuando estuvo preso, los huelguistas anarquistas que fueron su compañero de cárcel. Conoció a un carpintero anarco que llevaba al oeste de La Pampa panfletos de La Antorcha para repartir».