Hace algunos días, charlando con el profe Oscar Nocetti sobre la agenda mediática y la escena política, me repitió una fórmula que puede resultar como brújula para transitar tiempos convulsionados.
“Saber lo que pasa y entender lo que sucede”, dice el profe, un poco de filosofía y otro tanto de historia. Puede parecer una obviedad, pero no lo es. No siempre se sabe lo que pasa, y no siempre saber lo que pasa, implica entender lo que sucede.
Entendamos por “lo que pasa” tener acceso a información que resulta relevante para nuestra vida. Son muchos los temas de nuestro interés que en general no son abordados por los principales medios de comunicación, cuyas agendas representan sus propios intereses económicos y políticos que distan vez más -cuando no son contrarios- de los intereses de sectores populares. A veces esos titanes trabajan para que no se sepa lo que pasa, y todo se vuelve más confuso.
Entonces, ¿Qué tan difícil es saber lo que pasa?
A juzgar por el estallido mediático tras la denuncia de Fabiola Yañez a Alberto Fernández por violencia de género, estoy segura que la mayoría de nosotros, en este tema, sabe lo que pasa. Incluso tenemos una sobreabundancia de detalles que no vienen al caso. Pero, ¿logramos entender lo que sucede?
Una línea de tiempo y algunos datos para tener en cuenta
El 31 de julio Alberto Fernández estuvo en El Destape. Allí habló de su vínculo con los medios de comunicación y recordó que en un evento, integrantes del grupo Clarín le dejaron en claro que el problema que tenía con él, era su apoyo a Cristina. “No la entregué a Cristina”, aseguró. Empiezo la línea de tiempo aquí, porque es necesario tener en cuenta los roces e intereses de quienes intervienen desde los medios, la justicia y la política en este caso.
Para esta fecha el celular de María Cantero, la ex secretaria de Alberto Fernández, investigada junto a su pareja en la causa por la contratación de seguros, estaba en manos de la justicia. El 27 de junio, el juez Julián Ercolini contactó a Fabiola Yañez por los mensajes que la ubicaban como de víctima de violencia de género. La información -fotos y mensajes que daban cuenta de la violencia ejercida por Fernández– surgió del celular de Cantero a mediados de junio y se trató de manera muy reservada -hasta ahora- teniendo en cuenta los derechos que asisten a las personas que son sometidas a esa situación.
El juez archivó la denuncia porque la ex primera dama en ese momento no pretendía denunciar. La causa podía activarse nuevamente si ella cambiaba de opinión.
El 4 de agosto Clarín publica una nota firmada por Claudio Savoia que adelanta la existencia de datos en la justicia sobre “supuesto maltrato de Alberto Fernández a Fabiola Yañez”, y confirma que hace semanas tienen conocimiento del material.
Dos días después, el 6 de agosto, con el tema ocupando la agenda, Fabiola revierte su decisión y denuncia a Alberto Fernández por “violencia física y mental”. Trascienden capturas de los chats entre Yañez y Fernández en los que ella le recrimina el maltrato físico. El jueves trascendieron las fotografías y, además, videos de Tamara Pettinato en el despacho de la casa Rosada.
Alberto Fernández ya había recusado al juez Julián Ercolini, ¿Por qué?
Porque Ercolini fue uno de los magistrados involucrados en el viaje al Lago Escondido, con fiscales, autoridades del grupo Clarín, funcionarios de CABA y ex agentes de inteligencia. El entonces presidente, se refirió al tema por Cadena Nacional y ordenó una denuncia en el Consejo de la Magistratura contra los cuatro jueces de la comitiva y otra denuncia penal en la fiscalía federal de Bariloche.
Es decir, Alberto Fernández cree que el juez puede ser parcial a la hora de avanzar en las dos causas: seguros y violencia de género con este antecedente. La recusación fue rechazada, y en el sorteo de la última causa salió “beneficiado” Ercolini.
En modo alguno el estrecho vínculo entre el juez Julián Ercolini y el grupo Clarín, le quita credibilidad a la denuncia de Fabiola Yañez, pero tenerlo en cuenta facilita la comprensión del devenir de los hechos, la celeridad de la justicia y el por qué de las coberturas mediáticas que no guardan respeto por la víctima ni por las mujeres, y que pretende ser utilizada para castigar a todo un espacio político.
El juez Julián Ercolini.
Muchos se preguntaron por qué Clarín decidió poner en tapa a Tamara Pettinato, cuyo comportamiento no constituye ningún delito, más allá de lo inapropiado de la situación. El objetado, el que falta a sus obligaciones, el que debe rendir cuentas, es Alberto Fernández. Entonces, de nuevo, ¿por qué dedicarle la tapa a Tamara Pettinato cuando la noticia eran los actos violentos del presidente?
Aquí otro dato del Lago Escondio-Gate que genera suspicacias. La actual pareja de la periodista es el diputado José Glinski. Al momento de producirse la excursión a la mansión de Joe Lewis por parte de los jueces, Glinski era titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y fue señalado como responsable por las fotos que trascendieron de la comitiva en el aeropuerto de Bariloche.
Se filtraron en aquel entonces chats dónde los magistrados acordaban una versión sobre el viaje, incluso inventando facturas y prometían vengarse. En esas capturas había un pedido en tono mafioso de Marcelo D´alessandro, entonces ministro de seguridad de CABA, sobre Glinski: «Dame el gusto de ir a buscarlo con un patrullero nuestro que lo hago cagar».
El diálogo filtrado entre el juez Iadarola, Carlos Mahíques y D´alessandro:
La violencia machista en nuestro país es tan real como estas alianzas de poder que garantizan para sus integrantes impunidad full time. Fabiola Yáñez encontró un juez con motivaciones para trabajar con la celeridad que debería estar garantizada en todos los casos de violencia. En la cotidiana esto no sucede. Tampoco cuando los sospechados pertenecen a esa alianza de poder que antes mencioné. Alcanza con repasar el proceso judicial por el intento de magnicidio contra Cristina y las anteojeras de la justicia para indagar en cualquier pista política.
La hipocresía mediática
Si una ex primera dama puede hacer una denuncia por violencia de género sin que se cuestione la credibilidad de su denuncia, es efectivamente por la lucha histórica de los movimientos feministas para disputar el sentido patriarcal que rigió hasta hace poco. Bienvenido el momento en que las personas que sufrieron violencia machista son escuchadas y no juzgadas.
Pero el discurso dominante no puede dejar de señalar a mujeres como culpables. ¿Dónde están las feministas? preguntan hombres grises, de trajes ridículos, con cara de constipación. Concluirán en Cristina, por supuesto, la gran culpable.
Algunos medios, contados, decidieron no utilizar las fotos de Fabiola golpeada atendiendo recomendaciones para evitar la revitimización en coberturas mediáticas. Quedan redacciones donde periodistas se resisten a abandonar el periodismo, es una buena noticia. ¿Hace falta ver la foto para creer? Existen muchas dudas sobre el origen de las fotos y los chats que trascendieron. ¿Quién los puso en circulación? Se hace saber que hay más videos, la forma de anticiparlo suena por momentos a advertencia. ¿Podemos preguntarnos al menos quién los tiene y quién decide el orden y momento de publicación?
En la entrevista que brindó Fabiola Yañez contó como se sintió al respecto de las publicaciones que aparentemente no tuvieron su consentimiento. “Cuando vi las fotos me destruí”, dijo. «Yo jamás hubiese querido que saliera una foto así de mí. No entiendo cómo se filtraron los chats y que se guardaran la foto para el último momento. Pensemos quienes tenían acceso a los chats y la foto y estaban interesados en el impacto de su circulación, más allá de que la denuncia y la investigación estaban garantizadas.
Ninguno de los operadores mediáticos reparará en el extraordinario ajuste realizado por Javier Milei en los dispositivos y programas destinados a prevenir y erradicar la violencia de género en todas sus formas. Dirán que es desviar el tema. Ninguno propondrá un análisis sobre la violencia cotidiana que se normaliza, sin ir más lejos, en esas mesas de tv superpobladas de voces masculinas que acaso, para respirar, decidan ceder la palabra a una compañera. No les importa la violencia. Sólo persiguen un objetivo político claro e histórico: erradicar para siempre al peronismo. O mejor: al kirchnerismo. Un sueño recurrente que no pueden dejar de explicitar.
La hipocresía libertaria
Hace algunos días organizaciones denunciaron en la justicia al gobierno de Javier Milei por el recorte en las políticas que garantizan la atención de víctimas de violencia machista. A saber:
*Eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.
*Eliminación de la Subsecretaría de la Protección contra la Violencia de Género.
*Desfinanciamiento de políticas y programas destinadas a esta problemática.
*El programa “Acompañar” que brinda acompañamiento económico e integral a mujeres y LGBTI+ víctimas de violencia se redujo en un 79%.
*La ayuda urgente para familiares de víctimas de femicidios, travesticidios y transfemicidios fue interrumpida totalmente.
*Los programas de protección y rescate de víctimas de violencia y trata se redujeron un 72,11 y 90 % respectivamente.
Es un dato conocido que cuando trasciende una denuncia de gran impacto, como la de Fabiola Yañez, hay un correlato en la línea 144 porque otras víctimas toman valor para solicitar ayuda. Luego de los despidos, la línea sólo funciona con dos personas por turno para atender la demanda de todo el país.
La paja en el ojo ajeno
El coro libertario con Milei a la cabeza salió a jugar fuerte tras la denuncia contra Alberto Fernández. Una denuncia de este tipo, contra un ex presidente, causa estupor en cualquier lugar del mundo. El silencio no es salud cuando se trata de violencia de género. Dicho esto, lo que moviliza a los libertarios está muy alejado de ser un genuino interés en los derechos y la protección de las mujeres.
Basta con darse una vueltita por la cuenta de X de Javier Milei para asistir a un espectáculo de violencia contra mujeres. Actrices, periodistas, artistas, todas son sus enemigas si osan criticarlo. Aquí a nadie parece importarle la asimetría de poder.
Queda claro que las objeciones libertarias a un hecho de violencia no se efectúan desde una perspectiva superadora, reparadora, al contrario.
Sustentan en este episodio la forzada idea de que hay que destruirlo todo, porque nada sirve. Piedra libre al topo. Como Fabiola fue víctima de violencia, el Ministerio de Mujeres está bien cerrado y la plata invertida en programas para prevenir, erradicar o sancionar este tipo de violencias, es plata tirada. Es un giro dramático, el presidente es un troll que repostea contenidos agraviantes, revictimizantes y se jacta de la ausencia de políticas.
El presidente de LLA tiene episodios de violencia verbal contra mujeres frente a cámaras. Les recomiendo repasar esta nota para comparar los tiempos de la justicia y analizar el comportamiento del actual presidente que esta semana aseguró -en redes- que había sido acusado, sin pruebas, de misógino.
Declaraciones de la periodista Teresita Frías, maltratada por el presidente por hacer una pregunta:
El poder de daño de Alberto
Alberto Fernández resultó ser, además de violento, un tipo dañino. Hay una frase que durante su gobierno muchos citaban, recordando a Néstor Kirchner y tratando de señalarle a Alberto su andar errático. El entonces gobernador de Santa Cruz, durante el gobierno de Fernando de la Rúa se la había dedicado a Patricia Bullrich: “Es débil con los fuertes y fuerte con los débiles», acusó.
Con su impronta, Alberto Fernández cumplió a rajatablas la consigna. El episodio de violencia no hace más que ratificarlo. El profesor tuvo severas dificultades para enfrentarse a los titulares de los grupos de poder a los que gustaba llamar por el nombre de pila. Y parece que luego liberaba tensiones pegándole a su pareja.
No tuvo valor para gestionar y cumplir con el contrato electoral y el compromiso asumido con la alianza que lo llevó a la presidencia. Le pareció mejor traicionar el acuerdo con Cristina antes que ser acusado de actuar bajo su influencia.
El poder de daño de Alberto Fernández no se extinguió con su mandato, esta semana torpedeó desde adentro al único movimiento que, históricamente, significó esperanza y conquista de derechos para los sectores populares. Lo hace cuando la ultraderecha gobierna, en gran medida gracias a su mediocre performance. La desazón es total. Los mileístas se relamen, ¿35 años quiere el señor en el sillón presidencial? El peronismo se observa y analiza posibilidades, le diagnosticaron -otra vez- una herida de muerte.
El gobierno nacional reorganizó la SIDE y destina fondos que podrán utilizarse de manera discrecional para espionaje. Santiago Caputo se quedó con el área y sumó pauta que será distribuida con la lógica del dedo. ¿Esa es la estrategia de los libertarios para 2025? LLA no termina de hacer pie en territorio, tiene pésimos resultados económicos, se mide con el macrismo y nada en internas, pero se garantiza fondos para inteligencia, trolls y medios amigos.
Esta debacle promete nuevas entregas. Las crisis profundas, como la que atravesamos, además de desazón, suelen generar grietas que alumbran otros caminos, otras posibilidades, otros nombres.
¿Hacia dónde? ¿Con quién? ¿En cuánto tiempo? Saber lo que pasa, entender lo que sucede, quizás funcione como precipitador.
La cumbre con Kicillof y Quintela en La Rioja quizás sea una pista. Los indicadores económicos, los obstáculos de los laburantes hasta para cargar la SUBE, es otra.
Con escándalo y relato se exacerban los ánimos, se generan climas, se gana tiempo, pero no se llenan heladeras. ni se pagan estruendosas facturas de gas. Eso en algún momento lo entienden todos y todas, aunque nadie lo cuente.